Viernes, 11 de la noche, comienza a sonar un grupo al que no presto demasiada atención, he venido a escuchar a los que tocan después. La gente se levanta y se acerca al escenario, me quedo en la última fila, sola, sentada en un sofá de la sala que no hace más que recordarme a una fiesta de fin de año, no a alguna en concreto, sino al concepto... No, la sala no me gusta, es muy... bodorrio?
Mirando el botellín de 1/3 que me ha costado 2,50€ me pregunto muchas cosas, pienso en todo y en nada, en lo caro que es y recuerdo los 5€ que me costó una cocacola en París, en "La Fleche D'or" la sala más bonita que he visto hasta el momento, me enamoró y no veo el día de volver.
Doy un pequeño sorbo y saboreo la agria cerveza en mi paladar, respiro hondo pensando en mi vida, en mis estudios, mis sueños, mis amigos, en lo que es en sí mi vida. Hoy estreno botas nuevas, botas militares, las tengo en la cabeza desde que tenía 13 años y ha sido hoy, con 20 años y medio cuando por fin las he conseguido... va a ser verdad que con el tiempo todo llega.
Siempre he vivido con prisas, siempre he querido ser la primera, y nunca he querido estar sola. Pero todo eso ha cambiado, es el momento del silencio, ha llegado el momento de la tranquilidad, de escuchar a mi alrededor, de andar muy despacio parándome en cada paso que doy y saboreándolo para no olvidarlo nunca.
En ese momento sentía un gran placer en mi soledad, muchos me miraban al pasar y por una vez no sentí la angustia de que me viesen sola, me apetecía estar sola, me apetecía estar con esa cerveza, con la música de fondo y con mi cabeza.
Entre la divagación de mis pensamientos llegó un colega que tampoco tenía mucho interés en el primer grupo y me propuso jugar al billar, una partida reñida que dejamos en empate. Recordé viejas partidas de billar, las que casi todas las semanas jugaba contigo, mi soledad, mi compañero, mi amigo, que se fue, que dejé que se fuera, que aún está a mi lado en todo lo que me ha marcado.
Recordando el pasado, soñando con el futuro, labrando mi presente.

Podría decir que conozco un poco de todo, he pasado muchos días de mi vida en la sierra de Aracena en el pueblo de mis abuelos, de unos 2000 habitantes o menos, y vivo en Sevilla, en las afueras, pero hago mi vida en el centro de esta ciudad que me encanta.
Desde pequeña tengo obsesión con volver al centro, con vivir en el centro de una ciudad, y esta mañana me he reafirmado en este deseo, me encanta pasear por el centro por las mañanas, con sus viejas quejicas, las tiendas con cosas fuera, la gente tomando cervecitas en las terrazas... el movimiento de la ciudad en definitiva, la tranquilidad del pueblo me aburre, me ahoga, me estresa!!! que ironía
En cambio, el mar... me encanta el mar en invierno, pasarme horas en silencio escuchando la playa, mirando como cambia la luz del sol, como atardece, como anochece y llega al punto en el que vemos con la luz de la luna.
Tengo muchas ganas de ir a la playa, que últimamente a penas la he catado! a ver si las cosas siguen bien y dentro de no mucho puedo hacer una escapada.

Fresa es mi gorda, mi perra, ahora va a cumplir 12 años (el 27 de noviembre, espera vuestras felicitaciones xD). Si cuentas, sí, la tengo desde que tenía 8 años, cuando murió Nelo, mi anterior perro, nació ella y me devolvió la alegría. Nelo fue el primer ser querido que falleció en mi vida, parece que "sólo" es un perro, pero para mí era mucho más, a pesar de que mordiese mis muñecas o de que fuese frío y mucho menos cariñoso que lo es Fresa (Nelo era un Fox terrier).
Desde que nos regalaron a Fresa yo me he hecho cargo de ella, desde que le daba el biberón hasta ahora que a la vejez le curo las heridas que tiene actualmente y me encargo de que nunca le falte ni comida, ni agua, ni caprichos (salchichas, huesos...). Es mi vida!
¿A que viene esto? Muchas veces digo que Fresa es la única que me quiere, no es cierto, claro está, pero hay veces que todos tienen demasiados problemas como para echarme cuenta y me siento muy sola, necesito desahogarme, y entonces viene esta mancha negra y me salta, me ladra, me pide caricias, y me transmite un amor que es difícil de explicar, algo que sólo ella me transmite con esos ojitos negros que me dicen todo sin pronunciar palabra, con ese rabo que no deja de mover nada más verme. La quiero muchísimo, me da una compañía y un apoyo que me ayuda a salir a delante, además es todo un ejemplo de superación pues nació en la calle y se ha educado "sola", sin haberla educado me hace caso, algo que es muy gratificante.
La pesadilla de que las diferentes enfermedades que padece actualmente me la quiten me aterra cada noche, sé racionalmente que no tiene nada grave, no se va a morir por una herida y una erupción, pero sufro tanto al verla débil, con lo fuerte que ha sido siempre...no puedo quitar de mi el miedo de que se muera y me falte ella también... aún no estoy preparada para perderla.

Equilibrio, la búsqueda eterna de algunas personas, pero yo no busco eso, me da vértigo la perfección, me gusta mi vida llena de altibajos, me gusta vivir de una manera dinámica y con alteraciones de las emociones. ¿De qué sirve estar feliz si nunca has estado triste? ¿Para qué qeremos compañía cuando desconocemos la soledad?
La vida está llena de imperfecciones, yo estoy enamorada de todas ellas, de las cosas que nos hace reales, sinceros, naturales. Quizás sea una persona inestable, pero vivo cada día de mi vida con mucha más intensidad que cualquier persona, no existen días vacíos en mi vida, no existen momentos sin sentimientos, no existe la tranquilidad... por mucho que la busque aunque en el fondo sé que no la quiero encontrar.
Quizás me encante esta situación de eterna búsqueda, quizás mi carácter me impide vivir sin nuevas metas, quizás soy demasiado ambiciosa para conformarme con lo primero que me regala la vida y prefiero ir en busca de todo lo demás que no quiere mostrarme, no quiero ser feliz, quiero ser muy feliz, mucho, y al mismo tiempo quiero volver a llorar entre unos brazos que calmen mi tristeza cuando tengo un día gris y todo parece irme mal, porque mi vida es así, real.

Hace un buen dia, mi madre no era virgen... Hoy hace un buen día a pesar de todo, un día soleado, un día no tan frío, un lunes my agradable.
Me ha costado muchísimo salir de la cama, muchísimo, estaba yo ahí tan calentita... me he pasado una hora retrasando el despertador y mi intención de irme dos horas antes a la biblioteca se han desvanecido bajo las sábanas.
A pesar de eso, me he montado en el coche, me he puesto música, y a cantar!!! después de un buen desayuno, después de una sonrisa, llegando y encontrando aparcamiento nada más llegar, si es que "Hoy hace un buen día" :D :D

Sola? Libre? Independiente? Puaf, le doy muchas vueltas a todo, lo sé, pero soy así, no lo puedo remediar, todo me importa demasiado, todo lo siento mucho, todo es importante para mí.
Llevo una época un poco chunga, nunca he tenido suerte, pero últimamente parece que todo me va de pena. Me refiero a que hay personas que importan mucho, y personas que no importamos nada, hay amigos a los que todos echamos de menos cuando faltan, y otros a los que nadie echa en falta. Esta es la llamada semana de no le importo a nadie, no es lo que siento, o lo que pienso, sino lo que los hechos demuestran, todos a la larga, por un motivo u otro, acaban olvidándose de mí, tirando balones fuera y dejándome a un lado.
Han sido muchos los años en los que la soledad me aprixionaba tanto que me daba miedo, que mi único sueño era no sentirme sola, no tener miedo a verme sola, y me pasaba el tiempo demostrándome que no lo estaba, que le importaba a alguien.
Durante otros años así fue, le importé mucho a una persona, pero no siempre estube en su cabeza, cuántas veces se olvidó de que habíamos quedado...
Recientemente no hago más que buscar la independencia en mi soledad, he apartado de mí a personas que se han querido acercar y me he acercado a personas que estaban muy lejos de mí.
No sé si es mala suerte, si es que siempre escojo mal, si es que no sé lo que quiero aunque lo piense, si es que realmente aún no soy independiente, aún estoy sola, y no quiero estarlo.
No sé que es lo que ocurre, pero sí es cierto que ni mucho menos me encuentro en un momento de debilidad, mi vida es así, dura, jodida, llena de piedras y encima camino sobre ella con una venda de sueños en los ojos que no me evitan que caiga una y otra vez sobre los mismos errores...
Seguire viviendo, dejándome llevar por la marea, por la vida, por lo que se me ofrezca y rindiéndome a luchar por cosas que poco a poco van perdiendo el interés, el sentido, que ya no me aportan nada.